Por Martín Poblete

El viernes recién pasado en la tarde, dirigentes del movimiento Amarillos por Chile informaron a la opinión pública de su inscripción en el SERVEL.  Habían juntado más de veinte mil firmas, podían registrarse en cuatro regiones:  Maule, Araucanía, Los Ríos, y Los Lagos. 

Si bien los Amarillos consiguieron significativo reconocimiento público por su gestión en el rechazo a la propuesta de la constituyente anterior, es muy distinto conseguir  más de veinte mil firmas para registrar un partido político.   En toda probabilidad, otras regiones se agregarán a las indicadas en el futuro próximo.

Esto es muy mala noticia para lo que va quedando de la Democracia Cristiana, los Amarillos buscarán ocupar el espacio actualmente vacante en el centro del espectro político, espacio antes mayoritariamente ocupado por los democristianos.  También es muy mala noticia para el Partido Demócratas en formación, y los senadores Rincón y Walker; será difícil para ese partido registrarse, conseguir las firmas, los mentados senadores quedan con pocas opciones.

Asimismo, es mala noticia para el PPD, los radicales, Evopoli, y tangencialmente el Partido Socialista; la entrada de los Amarillos en la disputa por el centro político pilla a todas las fuerzas mencionadas en mala posición.

De otra parte, es buena noticia para la Fundación Konrad Adenauer, ocupada en buscar socios confiables con quienes poder trabajar, en reemplazo de la Democracia Cristiana hoy una especie de entidad social cristiana de izquierda, distante de los tiempos cuando dicha fundación operaba generosamente en nuestro país.

Amarillos por Chile tiene por delante el resto del presente año para organizarse, proyectarse como partido político democrático firmemente anclado en el centro.  En su dirigencia cuenta con gente de alta calidad intelectual, capaces de producir valiosos análisis de la contingencia política y social; en este sentido, también debieran hacerse presentes y participar en el debate constituyente.   Más adelante, en el 2024, tendrán su primera prueba en la elección de alcaldes y concejales, en la cancha se ven los gallos dice el refrán.