la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) estableció un procedimiento acelerado, por el que puede ir examinando los datos de seguridad y eficiencia de las vacunas según van apareciendo, antes incluso de que el fabricante formule un pedido de autorización. El de Moderna se convirtió este lunes en el tercer proyecto sometido a este «examen continuo», después de los de d’Oxford/AstraZeneca y Pfizer/BioNTech a comienzos de octubre.

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