Además del drama humano por la pérdida de alrededor de 4 millones de habitantes en el mundo, los daños económicos y sociales y de salud, causados por enfermedades psicológicas y psiquiátricas como consecuencia de los encierros, es un balance muy complicado para cada uno de los países afectados. La recuperación será muy lenta y tediosa. Por todo esto, si hay responsables, estos deberían responder de alguna manera o al menos reconocer si esto se produjo por un error científico y explicar el tipo de error para evitar que esto se repita en otra parte del mundo.