Por Walter Krohne

Es decir, por primera vez en muchos años, tendremos en las presidenciales cartas de liderazgos nuevos, brillantes y con conocimientos  que han venido a reemplazar a esos viejos o viejas políticas desgastadas (viejos estandartes), nombradas a dedo, sin ganas y que son derrotadas antes de competir en las urnas al presentar planes obsoletos y ya probados cada cuatro años; y pertenecientes a partidos que se derrumban solos por sus rencillas internas que pueden ser históricos, quizá, pero con sus tiempos ya absolutamente agotados.  ¿Será este momento el inició de un verdadero nuevo despertar para Chile?

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