EL CASO PRECHT: NI ÁNGEL NI BESTIA

Nada más fácil de explicar los casos de pedofilia en la iglesia recurriendo a la famosa excusa de que “la iglesia está compuesta por seres humanos” y por consiguiente, pecadores, y que mientras más peques, más acudes a la confesión y, lógicamente, a una penitencia de tres Padre Nuestros con sus Ave Marías. El cardenal, obispo y sacerdote es un pecador dotado del poder sublime de administrar los sacramentos, además de enseñar la palabra divina a sus fieles. Se dice – así sea demagógicamente – que la iglesia es el pueblo de Dios – tomado del Concilio Vaticano II -, pero los curas siempre han estado un escalón más arribas y, sobre ellos, los obispos y, finalmente, los cardenales.
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