EL REMEZÓN ROMANO Y EL FRAILE ENVIADO DE LA ORDEN DE SCHÖNSTADT

Por Martín Poblete
Al  morir el Cardenal Carlos Oviedo Cavada, se designó un administrador apostólico, el Vicario General Monseñor Sergio Valech, quien tenía los méritos para haber sido nombrado titular de la Arquidiócesis; sin embargo, desde Roma se optó por enviar a un fraile de la Orden de Schoenstadt, Francisco Javier Errázuriz,  con quien se da comienzo a un período de total pérdida de conducción y liderazgo, su negligencia en investigar asuntos cuyas evidencias había recibido de su antecesor está en el centro de la actual crisis, produciendo en el resto del Episcopado la sensación de ir en un barco sin timón, desazón sentida con fuerza por los curas párrocos, religiosas, religiosos, y las órdenes.
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