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jueves, 24 de agosto de 2017


MEDIO SIGLO TARDÓ LA JUSTICIA CHILENA EN ACEPTAR LA VERDAD FRENTE A LA COLONIA DIGNIDAD


Cincuenta años tuvo que esperar Wolfgang Kneese para que la Justicia le diera la razón. Una resolución anula una condena por injurias graves que recibió por haber denunciado los crímenes de la secta alemana en Chile.

"Me faltan palabras para explicar lo que esto significa", dice Wolfgang Kneese – en realidad su apellido de nacimiento es Müller pero lo cambio por Knesse al regresar a Alemania-, el primer fugado de Colonia Dignidad, ante la resolución de este miércoles de la Corte Suprema de Chile, que anula una condena por  supuestas  injurias dictada  hace 50 años.

En conversación con la Deutsche Welle (DW), Knesse confiesa que este es un tema que involucra muchos sentimientos. "Una de las razones por las que siempre he luchado por la verdad es por el infierno que vivieron los niños en la colonia y también por mí, porque yo no soy un ladrón ni un mentiroso", sostiene.

Actualmente, cuando numerosos excolonos, organizaciones, tribunales de Justicia y los gobiernos de Chile y Alemania han reconocido ampliamente que en el enclave alemán se cometieron graves crímenes y atropellos contra los derechos humanos, nadie duda acerca de estos hechos.

Pero a pesar de las denuncias de Kneese en 1967, quien fuera el primer colono en fugarse y relatar los delitos y atrocidades observados y vividos al interior de la secta, las autoridades chilenas y alemanas no intervinieron. Es más, el entonces director de la Sociedad Educacional y Benefactora Colonia Dignidad, Hermann Schmidt, tuvo la osadía de querellarse por injurias graves y consiguió que el entonces Müller y hoy Kneese  fuera condenado a cinco años de cárcel.

Medio siglo más tarde, la Corte Suprema le ha dado la razón a Kneese y ha limpiado su nombre. "Al fin comienza a reconstruirse la verdad", comenta a la DW Hernán Fernández, abogado querellante en casos de abusos sexuales cometidos en la colonia y representante de Kneese, quien interpuso el  recurso hace algunos meses para anular la condena.

"Fui condenado hace 50 años por algo que nunca hice -dice Kneese-. El juego de Paul Schäfer fue que si yo era culpable, entonces él tenía las manos limpias. Así, las acusaciones contra el sistema o por los delitos sexuales fracasaban porque él no era nunca el culpable, sino que aparecía yo como el mentiroso".

Para el abogado Fernández, "éste es un justo reconociento a la perseverancia y la lucha del gran héroe Wolfgang Kneese, que jamás se rindió en su búsqueda de libertad y justicia".

En 1966, con 17 años, Wolfgang Kneese logró escapar de Colonia Dignidad tras varios intentos. "Yo era un niño que salió del infierno, con miedos, con dolores, sin padres, solo en el mundo y por otro lado estaba esta institución grande, la Sociedad Benefactora Dignidad. Era fácil para ellos decir que yo era un loco y un mentiroso", sostiene Kneese. "Era imposible que yo ganara un juicio. Paul Schäfer tenía más de 300 testigos (falsos)  que lo apoyaban, mientras que yo no tenía ninguno y, para la Justicia, un testimonio sin pruebas ni testigos no vale nada", agrega.

Sentencia histórica

La resolución de la segunda sala de la Corte Suprema, integrada por los ministros Milton Juica, Carlos Künsemüller, Lamberto Cisternas y Jorge Dahm, revisó los antecedentes legales y jucios que acreditan que los hechos denunciados por Kneese, como trabajo esclavo, medicación forzada, abusos sexuales a menores, separación de los hijos de sus padres, entre otros, efectivamente sucedieron. El máximo tribunal determinó que Kneese no tuvo el ánimo de injuriar, sino que de dar a una señal de alerta dando a conocer los hechos que allí ocurrían, procediendo a invalidar la condena.

"Esta es una sentencia histórica para Wolfgang, que tuvo que fugarse tres veces de Colonia como se relata en el recurso interpuesto, para decir la verdad. Esta verdad fue aplastada y silenciada y sólo 30 años después, en 1997, viene a Chile a ayudar a las víctimas, y ahora en 2017, 50 años después, él recibe esta sentencia que reconoce su verdad y le devuelve el honor", sostiene Hernán Fernández.

Esta resolución se suma a la de la semana pasada del Tribunal Regional de Krefeld, Alemania, que establece que el exmédico de Colonia Dignidad, Hartmut Hopp, debe cumplir en una cárcel alemana la condena que recibió en Chile por complicidad en los abusos de menores cometidos por el líder de la secta, Paul Schäfer.

Para Kneese, quien ha dedicado su vida a trabajar por el esclarecimiento de la verdad y la búsqueda de justicia para las víctimas de Colonia Dignidad, éstos son pasos importantes, pero todavía hay tareas pendientes en relación con la colaboración de los exjerarcas del enclave alemán con la dictadura de Augusto Pinochet. "Falta ahora que también se busque la verdad en el tema de los desaparecidos políticos. Sería importante que Hartmut Hopp
entendiera que, en vez de velar por sus propios intereses, es mejor hablar con la verdad".

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