Por Roberto Méjía Alarcón

En la discusión política se mezclan el conocimiento objetivo y las legítimas convicciones y preferencias de unos y otros. En ese cometido y caminando por el mundo real, se observa que hay quienes siguen leyendo el libro del filósofo y moralista escocés Adam Smith: “Una investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones”, mientras otros, para los efectos del análisis del pensamiento económico clásico, prefieren la obra del filósofo alemán Karl Marx: “El Capital”.

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