Por Jessika Krohne

Desde octubre del año pasado vivimos una vida muy compleja en Chile.  Miedo, ansiedad, incredulidad, culpa, rabia, irritación, tristeza, insomnio, falta de apetito, fatiga, sensación de desconexión con la realidad, son algunos síntomas que le han aparecido a muchos chilenos por este malestar que se vive en el país, según el Ministerio de Salud de Chile, como reacción ante el estallido social que se inició el pasado 18 de octubre. El costo psicológico de vivir en un país donde las denuncias de abusos policiales son diarias, igual que los incendios y saqueos en lugares públicos y privados, empieza a sentirse. Ahora, con la crisis sanitaria que vive nuestra región y el mundo completo, todo se ha dificultado aún más y la incertidumbre ha crecido.

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