Por Roberto Mejía Alarcón

Las cifras estadísticas, bien leídas, si se toma en cuenta que estamos en una verdadera guerra en defensa de la vida, dicen, por ejemplo, que son más las vidas rescatadas, gracias a la atención sanitaria, que el total de aquellos que sufrieron el impacto fulminante de la letalidad. Ciento cuarenticinco, trescientos veinte mil, están en el rubro de pacientes que fueron dados de alta, mientras que ocho mil doscientos veintitrés, fallecieron.