Por Sergio Arancibia V.

Los países más desarrollados del planeta – reunidos en lo que se denomina el G7 – han tomado recientemente un acuerdo en términos de imponer una tasa mínima de 15 % a las ganancias de las grandes empresas tecnológicas multinacionales que operan en sus países y hacer que éstas tributen en cada país de acuerdo a las ganancias efectivamente generadas en ese territorio.