QUÉ COMPLICADO ES CAMBIARSE EL NOMBRE

Si usted tuviera un nombre ridículo, de esos que le causaban bochorno cuando el profesor pasaba la lista al comienzo de la clase, puede ir al Registro Civil y pedir que se lo cambien. Pero corre el riesgo de elegir un nombre aún más ridículo que el que tenía.Es el desafío al que se enfrenta la Cámara de Diputados, algunos de cuyos distinguidos miembros estudian un proyecto para que esa rama del Parlamento se llame de ahora en adelante “Cámara de Diputados y Diputadas”.
¿Le parece curioso?
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