MEDIO SIGLO TARDÓ LA JUSTICIA CHILENA EN ACEPTAR LA VERDAD FRENTE A LA COLONIA DIGNIDAD
Cincuenta años tuvo que esperar Wolfgang Kneese para que la Justicia le diera la razón. Una resolución anula una condena por injurias graves que recibió por haber denunciado los crímenes de la secta alemana en Chile.
"Me faltan palabras para explicar lo que esto
significa", dice Wolfgang Kneese – en realidad su apellido de nacimiento
es Müller pero lo cambio por Knesse al regresar a Alemania-, el primer fugado
de Colonia Dignidad, ante la resolución de este miércoles de la Corte Suprema
de Chile, que anula una condena por supuestas
injurias dictada hace 50 años.
En conversación con la Deutsche Welle (DW), Knesse confiesa
que este es un tema que involucra muchos sentimientos. "Una de las razones
por las que siempre he luchado por la verdad es por el infierno que vivieron
los niños en la colonia y también por mí, porque yo no soy un ladrón ni un
mentiroso", sostiene.
Actualmente, cuando numerosos excolonos,
organizaciones, tribunales de Justicia y los gobiernos de Chile y Alemania han
reconocido ampliamente que en el enclave alemán se cometieron graves crímenes y
atropellos contra los derechos humanos, nadie duda acerca de estos hechos.
Pero a pesar de las denuncias de Kneese en 1967,
quien fuera el primer colono en fugarse y relatar los delitos y
atrocidades observados y vividos al interior de la secta, las autoridades
chilenas y alemanas no intervinieron. Es más, el entonces director de la
Sociedad Educacional y Benefactora Colonia Dignidad, Hermann Schmidt, tuvo la
osadía de querellarse por injurias graves y consiguió que el entonces Müller y
hoy Kneese fuera condenado a cinco años
de cárcel.
Medio siglo más tarde, la Corte Suprema le ha dado
la razón a Kneese y ha limpiado su nombre. "Al fin comienza a
reconstruirse la verdad", comenta a la DW Hernán Fernández, abogado
querellante en casos de abusos sexuales cometidos en la colonia y representante
de Kneese, quien interpuso el recurso hace algunos meses para anular la
condena.
"Fui condenado hace 50 años por algo que nunca
hice -dice Kneese-. El juego de Paul Schäfer fue que si yo era culpable,
entonces él tenía las manos limpias. Así, las acusaciones contra el sistema o
por los delitos sexuales fracasaban porque él no era nunca el culpable, sino
que aparecía yo como el mentiroso".
Para el abogado Fernández, "éste es un justo
reconociento a la perseverancia y la lucha del gran héroe Wolfgang Kneese, que
jamás se rindió en su búsqueda de libertad y justicia".
En 1966, con 17 años, Wolfgang Kneese logró escapar
de Colonia Dignidad tras varios intentos. "Yo era un niño que salió del
infierno, con miedos, con dolores, sin padres, solo en el mundo y por otro lado
estaba esta institución grande, la Sociedad Benefactora Dignidad. Era fácil
para ellos decir que yo era un loco y un mentiroso", sostiene Kneese.
"Era imposible que yo ganara un juicio. Paul Schäfer tenía más de 300
testigos (falsos) que lo apoyaban,
mientras que yo no tenía ninguno y, para la Justicia, un testimonio sin pruebas
ni testigos no vale nada", agrega.
Sentencia histórica
La resolución de la segunda sala de la Corte Suprema, integrada por los ministros Milton Juica, Carlos Künsemüller, Lamberto Cisternas y Jorge Dahm, revisó los antecedentes legales y jucios que acreditan que los hechos denunciados por Kneese, como trabajo esclavo, medicación forzada, abusos sexuales a menores, separación de los hijos de sus padres, entre otros, efectivamente sucedieron. El máximo tribunal determinó que Kneese no tuvo el ánimo de injuriar, sino que de dar a una señal de alerta dando a conocer los hechos que allí ocurrían, procediendo a invalidar la condena.
"Esta es una sentencia histórica para
Wolfgang, que tuvo que fugarse tres veces de Colonia como se relata en el
recurso interpuesto, para decir la verdad. Esta verdad fue aplastada y
silenciada y sólo 30 años después, en 1997, viene a Chile a ayudar a las
víctimas, y ahora en 2017, 50 años después, él recibe esta sentencia que reconoce
su verdad y le devuelve el honor", sostiene Hernán Fernández.
Esta resolución se suma a la de la semana pasada
del Tribunal Regional de Krefeld, Alemania, que establece que el exmédico de
Colonia Dignidad, Hartmut Hopp, debe cumplir en una cárcel alemana la condena
que recibió en Chile por complicidad en los abusos de menores cometidos por el
líder de la secta, Paul Schäfer.
Para Kneese, quien ha dedicado su vida a trabajar
por el esclarecimiento de la verdad y la búsqueda de justicia para las víctimas
de Colonia Dignidad, éstos son pasos importantes, pero todavía hay tareas
pendientes en relación con la colaboración de los exjerarcas del enclave alemán
con la dictadura de Augusto Pinochet. "Falta ahora que también se busque
la verdad en el tema de los desaparecidos políticos. Sería importante que
Hartmut Hopp
entendiera que, en vez de velar por sus propios intereses, es
mejor hablar con la verdad".
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