El desarrollo de una vacuna contra el SIDA es una tarea que ha ido hasta ahora acompañada por esperanzas y fracasos. La razón está en la naturaleza del virus, que cambia continuamente su estructura y composición genética, explica Gerd Fätkenheuer, especialista en infecciones de la Clínica Universitaria de Colonia, en el noroeste de Alemania.
Esta característica del SIDA dificulta al sistema inmunológico defenderse y atacar al virus directamente. Los anticuerpos no logran impedir su propagación por el organismo y sirven en todo caso “sólo como un indicador de la infección”, dice Fätkenheuer.
En laboratorio han conseguido los investigadores desarrollar anticuerpos artificiales, mejores que los naturales, que protegen contra numerosos tipos de virus del SIDA y hasta impiden que éste infiltre las células y las infecte. Sin embargo, no está claro que esas moléculas puedan ser efectivas fuera de la experimentación, informó la DW.
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